un mes después...
me encuentro con ánimos... oaxaca fue buena conmigo y creo que debo ser buena con ella
los intrusos se han ido,
la ciudad se siente segura después de tanta inestabilidad,
las heridas de los últimos meses sanan bien,
la sonrisa ha vuelto a las caras,
aunque al estar allí sabes que nunca serás parte de ella, no como los demás,
aún cuando lo desees, pero eso no importa
: )
es inevitable querer que el bienestar dure más,
pero lo importante es lo que haces con esa sensación,
creo que he empezado por buen camino.
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1 comentario:
Tlayudas, chapulines, mezcal, mole negro, Mitla, Monte Alban, Chocolate y el mejor caldo de res que haya probado en toda mi vida. Como no querer a Oaxaca
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