domingo, abril 22, 2007

18 horas

Lo sé es tonto, pero así soy.

18 horas no es nada... y sin embargo, aquí estoy tristeando por la "micropatita".

Resulta que hace mes y medio mi perra tuvo perritos. Tres pequeños cachorros, su primera camada. Nadie sabía que la Buffy estaba preñada hasta que el exceso de gordura resultó anormal.

La Buffy y el Emilio, mejor conocidos como "las patatas", son mis perros y viven en Querétaro. Si hay algo que puedo reclamar de vivir en un departamento pequeño del Distrito Federal, es eso: no poder tener a mis mascotas conmigo. Y es que los perros no sólo son perros, se convierten en parte de tu vida, pequeños seres inocentes que despiertan cariño.

Para no hacer el cuento largo, uno de "mis nietos" encontró lugar con la Oli. Mis padres trajeron al pequeñuelo este fin de semana y en tan sólo 18 horas le tomé cariño. En esas dieciocho horas dormimos, jugamos, lo bañé, le di de comer y le enseñé a bajar y subir un escalón. Dieciocho horas parecen pocas, pero un cachito de mí está triste porque la micropatita se ha ido.



Andamos sensibles y estas cosas pegan más.

4 comentarios:

azm dijo...

pero se fue con oli, siempre podras visitar... eso es algo
abrazo marikits

Anónimo dijo...

te entiendo, yo tengo tres cosas de la misma raza y si se extrañan... cuando quieres puedes visitar a las mías... son fresas pero simpáticas... un abrazo...

Xun dijo...

y la foto de Temo?

Jorge Darío dijo...

Las de Valeria NO son fresas NI simpáticas, ¡son Punks y antisociales!

ja ja ja