El post 100 y la travesía para el concierto

El martes pasado decidí poner un nuevo post de cualquier cosa, pero al entrar al administrador me di cuenta de que sería el post número 100 en mi pequeño blog. El número 100 no podía pasar desapercibido, no podía ser un post más de cualquier tontería que se me ocurriera. El post número 100 debía ser especial y qué mejor que el concierto de U2 en México este 15 de febrero, así que hoy aquí está.

Todo empezó con la compra de boletos en diciembre, tuve mucha suerte y por internet conseguí boletos para media oficina. Después vendría la tristeza con la cancelación de mi boleto por "movimientos múltiples". Más tarde las esperanzas resurgieron cuando los boletos rechazados salieron a la venta y adquirí de nuevo mi entrada. De nuevo existió una cancelación pero no pasó a mayores, yo tenía mis boletos.

El lunes antes del concierto, planeábamos irnos a acampar para tener un buen lugar, estábamos preocupados porque desde el viernes ya había gente formada en el estadio. Pero llegando al trabajo vi en la red que estaban repartiendo brazaletes para no formarse sino hasta el miércoles. Comencé a llamar gente, pregunté, pedí de favor que fueran, pero todo fue inútil, sólo le daban brazalete a la persona que iría al concierto presentando su boleto directamente en el estadio.

No hubo de otra, me salí temprano del trabajo, pasé por los boletos y junto con Xun nos lanzamos al estadio por nuestros brazaletes. Mi primo Daniel y su chica también iban, pero chocaron en el camino. Así que llegaron más tarde por sus brazaletes, les tocaron de otro color.

El brazalete servía para entrar en la elipse, esta vez no hubo sorteo, el acuerdo era llegar el miércoles antes de las 6 am para que el folio del brazalete fuera respetado, entraríamos de acuerdo al número.

Llegamos el miércoles, con sueño, con provisiones. El color de brazalete representaba una diferencia, nos tocaba en la línea de los blancos pero decidimos quedarnos un poco más atrás con los de color "aqua" unas 200 personas después.

La espera fue muy larga, mucho Sol, poca agua, poco alimento, sin mucho que llevar pues lo perderíamos al entrar en el estadio. Una espera de 15 horas para el concierto pero la ilusión de estar muy cerca (otra vez) del escenario. Muchas cosas pasaron, pero finalmente, estábamos allí.