domingo, noviembre 11, 2007

Bicicleteando por el D.F.



Como ya lo he posteado en múltiples ocasiones, de un tiempito para acá he estado paseando los domingos por esta "bellísima ciudad". Gracias a que el gobierno del d.f. cierra los carriles centrales de reforma y algunas calles del centro, la gente ahora sale con confianza a recorrer tan curiosos parajes.

Bueno, no sé si ya lo he escrito alguna vez pero odio a la gente. Ok eso siempre, pero ahora específicamente odio a las personas que los domingos salen a pasear con sus bicis y que no tienen la más mínima consideración con los demás conductores bicicletiles; y odio aún más a la gente que asume que porque las calles están cerradas tienen el derecho, cual vaca de campo, a bajarse de las banquetas obstruyendo todo el ancho de la calle porque "van en familia".

Lo sé, soy un poco hostil pero es que de verdad es desesperante. Uno, conductor amable y diestro, tiene que andar sorteando peatones estúpidos que no se fijan por donde van, o bien, que se "hacen los chistositos" y se te atraviesan como si fueras un toro en plena plaza.

Hoy me levanté un poco tarde pero no podía evitar ir a dar la vuelta, más cuando la mitad de las personas mañana estarán hablando de sus 10k's. Mínimo podré decir: yo fui a andar en bici. jajaja. El punto es que salí tarde y para cuando iba saliendo del centro se regularizó el tráfico así que la mitad del recorrido lo hice con autos como compañeros. Debo decir que los señores conductores automovilistas son, por mucho, más educados en las cuestiones de manejo que los ciclistas domingueros.

Todo aparte, es increíble como un pequeño medio de transporte de dos ruedas puede hacer tanto por tí. Mi querida bici roja es uno de los más grandes objetos de felicidad en estos días. Te quiero bici. jajaja!


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