El regreso de Rocha

El buen amigo Rocha regresa de sus soñadas vacaciones, es probable que en su interior se libre una pequeña batalla en donde el deseo de no haber tomado ese avión sea el gladiador victorioso.

Desde que su mundo está de cabeza por una chica de ojos björkescos y costumbres germanas, el Roch no es el mismo. Bien lo dijo Hugo: ahora parece una persona más feliz. Y así es.

En su pequeña ausencia lo hemos extrañado, y es que su muy particular modo de ser se ha convertido en parte importante de nuestras vidas. Al menos de la mía.

Es muy curiosa la manera en que llegamos a ser TAN amigos. Si pensamos que el 90% de mis amigos, llegan a serlo “de rebote”: en la compra de la amistad del Chun con cinco taparroscas más conozca a María. jajaja! Varios han pagado sus taparroscas.

Roch es uno de ellos, aunque le ha costado un poco más que ese precio. Confieso que no es tan sencillo que las personas lleguen a ser amigos tan cercanos conmigo. Pero el sr. Rocha ha sido persistente.

Quiero recordar un par de momentos en nuestra amistad para brindar por el regreso del señor de los lunares.

1. La primera impresión jamás se olvida, y vaya que no. Si ustedes conocen a Rocha, saben que uno no se mete con su sagrada comida. Pues yo lo hice: arruiné sus preciadas galletas en la reunión navideña de Sara para prepararlas. No quieren imaginar el odio.
   
2. Esos momentos tristes de la vida en donde uno se hace presente, son aquellos en donde las amistades crecen, solitas, en silencio, con dolor. Hemos compartido un par y de nombres comunes. Hemos estado ahí los dos.
3. Los eructos radioactivos. No pregunten y den gracias de no haber estado ahí.
4. Las separaciones, las lágrimas y el apoyo mutuo en las fisuras de nuestro corazón. Las personas se van pero otras se quedan y se convierten en un bastón que nos soporta y nos ayuda a seguir caminando. Y caminar en sentido literal porque vaya que camino por tu casa ja!
5. La ebriedad y los momentos inolvidables, la fuente de cheetos, el hip hop marrón. Todas las fiestas y las “netas”.

Creo que esta es una lista interminable así que ahí lo dejaré, son sólo algunas cosas que vienen a mi cabeza. Y ya lo sabes: te quiero, te quiero mucho y me siento muy contenta de que estés aquí.